Austria & La Taula

La Taula & Austria

Austria es un país de civilización a la vez simple y refinado, familiar y cosmopolita. La rica gastronomía austriaca y sobre todo la de Viena merecen también nuestra atención.. No puede negarse su parentesco con la cocina alemana. A pesar de todo, el acento austriaco es muy diferente, quizás más abierto y las recetas austriacas, ya se trate de Rindfleich, buey hervido o de Gougelhopf, brioche, interpretan casi siempre las recetas alemanas. La mesa es alegre, florida y puesta con un gusto delicioso, que permite augurar un poco el menú.

Hay hosterías de gran tradición, antiguas paradas de diligencias conocidas por el nombre de Post así como modestos albergues o Gasthof de campo, en cuya puerta se adorna una vieja madera pulida, y donde se cuelgan las ollas de cobre y las de cerámica.

La comida empieza con un consomé Rindfleich, de ternera, espesado con todo tipo de Teigwaren o pastas frescas caseras, tan diversas como sus formas; arroz, albóndigas de carne picada las reemplazan a veces y, casi siempre, la sopa está salpicada de una polvareda de cebolletas.

El plato fuerte más clásico es, con el buey o el cerdo salado con col, un Gulash de ternera, cerdo o buey, pues los austriacos adoran las carnes en salsa. Los Kartoffeln nacionales no están jamás ausentes en los menús: Knödeln y Knockerln, albóndigas o bolitas de harina y de carne, acompañan casi siempre al plato principal. La Rahmsauce, crema de leche espesa y agria, tiene mucho éxito. Destacar que sobre las 11 de la mañana, al aire puro de las montañas, excita el apetito, y se suele tomar por lo general, un Gabelfrühstück, almuerzo de tenedor, que comprende salchichas, hígado en lonjas o riñones, carne fría con nabos, Gulasch, ect.
Los austriacos adoran los dulces: Zwetschenknödeln, ciruelas cubiertas de pasta, del famoso Metternich, el Struldeln, hojaldre jugoso de manzanas, cerezas o crema con pasas. El Kletzenbrot es el pan dulce con frutas confitadas que se ofrece en navidad, y un buen vino blanco de Viena, acompañado frecuentemente con sifón y que llaman Sprintzer.

Austria tiene un corazón sensible; se ha dejado influenciar amablemente, por la gastronomía de sus vecinos; ha adoptado el Paprika de Hungría y su Goulash: de Italia ha tomado el gusto por las pastas frescas, e infinidad de recetas de sus vecinos eslavos, sin olvidar las recetas de la más lejana y sufisticada Francia.
Cada zona de éste maravilloso país ofrece sus clásicas especialidades: Carintia tiene su Reindling
que es una especie de Gougelhoph. Estíria ofrece sus gallinas y Polenta, al igual que sus recetas a base de calabaza (La Taula prepara en temporada, su crema al estílo de Graz con pepitas de calabaza tostada y aceite de calabaza). Salzburgo elabora y ofrece a los visitantes, sus dulces en recuerdo de su gran Maestro nativo Mozart.
El Tirol aprecia su Groestl, carne picada con cebolla y patatas o sus panes de levadura en forma de personajes, designados a veces con el encantador nombre de Mein Lieblingshoningkuchen (Pastel de miel de mi querido..) La Alta Austria, el tradicional pastel Linzer torte; La Baja Austria la de los Krapfen o buñuelos gruesos; Bugenland y buenos vinos tintos y blancos.

Viena ciudad del Bello Danubio Azul, ofrece su típica y fina Wienerschnitzel, la incomparable escalopa vienesa, el Croissant, y el Brioche trenzado para acompañar el café con nata montada. Desde 1815 Viena es célebre por su pastel de chocolate Sacher Torte, que inventó el chef Metternich del Hotel Sacher. También se pueden saborear buenos pescados del Danubio, rociados con vinos blancos de gran calidad, de sus vecinas rutas vinícolas como Heilingenstadt, Grinszig y otros muchos.

Seguiremos esperando el concierto que cada primer dia de año nuevo, desde Viena, interpreta la Filarmónica de Viena, bajo la dirección de los más prestigiosos directores, y que es visto en directo por casi todas las televisiones del mundo.